DIVORCIO: EL PRECIO DE LA GUERRA (Cataluña)

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Estos días en que España está pendiente de importantes decisiones de dirigentes políticos, y que afectan a cerca de cincuenta millones de personas, e incluso al resto de países que componen la Comunidad Europea, sistema euro, etc., me viene a la memoria lo que un juez contaba en uno de los dos estupendos congresos que organizó la Junta de Castilla y León en Valladolid, sobre mediación familiar, y a los que asistí. Debo reconocer que entonces no comprendía por qué lo decía. En efecto, dijo que había visto como alguna pareja empezaba procesos judiciales de separación/divorcio, en que veía a personas más o menos normales, y, al cabo del tiempo, tenía que ir a recoger algún cadáver de esa pareja, o quizá los dos. De esto último creo que no se manifestó.
Y ha sido a lo largo de los años, en que he vivido, casi día a día, las largas guerras judiciales de más de una pareja, en que de malos planteamientos han surgido muchos pleitos, varios al año, cuando he creído comprender, en vivo y en directo, la rabia y desesperación de muchos padres. Y también que los policías, abogados, juicios, jueces y sentencias no son garantía ni de paz ni de felicidad.
Hace poco he estado con un padre que empieza este camino, en que una parte impone sus legítimas y respetables decisiones, pero que también quiere imponer sus condiciones, o al menos eso es lo que he querido comprender, y que, personalmente, estimo abusivas, y que pueden ocasionar pleitos y graves daños a una niña. Y eso, me temo, va a originar guerra.
Y sí, están surgiendo en nuestra querida Cataluña circunstancias, estimo no queridas, por los que han planteado un proceso de secesión del resto del estado español, España. Y también a parte de la gente que vive allí, también catalanes. Y es posible que con ello no contaban. Y es la economía, señores.
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Y, desgraciadamente, desde las asociaciones de padres, en que sólo podemos atender al padre, principalmente, mal podemos imponer una mediación, para respetar lo que es derecho personal de la reflexión de las consecuencias del ejercicio de un derecho personal.
Y sí que lo debieran plantear, o, al menos lo debieran reflexionar, los que sí pueden invitar a reflexionar a ambos miembros de una pareja o matrimonio, cada uno por su lado: abogados, asistentes sociales, departamentos y concejalías de la mujer, CEAS, asociaciones, familiares, amigos…….Otra cosa es que no interese, por motivos políticos impuestos y por intereses particulares. De las guerras algunos ganan.
Y se me ocurre que sí se debiera reflexionar sobre posibles costos, tanto económicos como personales. En cuanto a los primeros, los costos de los procedimientos judiciales, y pueden ser muchos, y muy costosos:
  • Civiles: medidas provisionalísimas, medidas previas, pleito de la separación/ divorcio, apelaciones, modificaciones de sentencias……….Liquidación de gananciales……
  • Penales: denuncias, detenciones, juicios penales, apelaciones….
Sufrimientos del padre, principalmente: privaciones de libertad por detenciones, penas de cárcel. Y si al padre le meten en la cárcel, a lo mejor pierde el trabajo, y hay que pagar la hipoteca y los niños comen………… ¿ Alguien lo reflexionará a la mamá ?.
Sufrimientos de los miembros de la pareja: dos personas que no disfrutan cuando están juntos, y van a tener responsabilidades comunes, se van a tener que ver muchas veces las caras…y las caras largas no son agradables, cuando hay hijos comunes.
Sufrimientos de los hijos: son ellos los que nos lo deben decir, pero los padres tenemos que reflexionar sobre ello, antes de empezar guerras y batallas, en que se les obligue a tomar partido, y que de ello deriven consecuencias económicas, por ejemplo.
Sólo digo que no ciegue la pasión, que los sentimientos no manden sobre el sentido común, porque, cuando se empieza una guerra, cuando se impone una guerra, hay que reflexionar sobre los costos, y, muchas veces ni ganan los padres, ni ganan los hijos.
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Y muchas guerras terminan en un mal acuerdo, después del gasto y dolor ocasionado. Pero eso no es la paz. Y ese bien, este bien, la paz, creo que es deseable, y también posible.
Jesús AYALA CARCEDO, delegado de la ASOCIACIÓN DE PADRES DE FAMILIA SEPARADOS DE BURGOS-A.P.F.S.-BURGOS. 8/10/2017.

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