En más de una ocasión habrán podido leer Uds. mis comentarios sobre la justicia, y la justicia gratuita, que, en temas familiares, asimilo a violencia gratuita. Y lo hago desde mi propia experiencia y el convencimiento de que no es en los juzgados dónde se debieran intentar resolver los temas familiares. Primero porque en nuestro derecho, en temas civiles, priman los acuerdos a la intervención del juez, y segundo porque el propio acceso al sistema judicial, en demasiados casos, en causa de violencia evitable, sobre todo cuando se usa y abusa de la denuncia.
Estos días, y ha pasado muy desapercibido en los medios de comunicación, ha ocurrido un hecho terrible; la auto inmolación de un padre desesperado en Andalucía.
Un hombre se ha prendido fuego a las puertas del Juzgado de Violencia de Género en Jaén capital, ubicado en la calle Las Minas.
Parece que detrás de esta acción desesperada está el sentimiento y la realidad de que a este hombre, y padre, tanto juicio le ha arruinado la vida.
Desconociendo las causas concretas que hayan impulsado a este padre a este trágico suceso, les traslado la rabia de los posibles costos, no sólo emocionales, sino económicos, de una denuncia, no necesaria, de una mujer despechada. Sin adelantar cantidades, una simple detención conlleva gastos de abogado para atender en comisaría y ante el juzgado y luego el posible juicio penal, y su posible apelación. Con sueldos bajos, y sin derecho a justicia gratuita, eso supone mucho dinero para un hombre. Este padre es vigilante de seguridad. Y supongamos que a un hombre le ponen varias denuncias, y tiene que seguir pagando la hipoteca de la vivienda de la cual ha sido expulsado, y un alquiler para malvivir, etc., para luego tener que asumir costos de abogacía y procurador cuando no le salen las cuentas para llegar a final de mes.
En cambio, a la mujer la puede salir gratis. Como lo oyen, gratis, y si el hombre no es condenado, la mujer se va de rositas. Y a ellas el costo monetario de todo esto las puede salir gratis. Miren, por favor. ¿Cómo puede aceptar esto la abogacía?. Si una denuncia significa una víctima, ¿para qué se necesita un juicio?.
Real Decreto-ley 3/2013, de 22 de febrero, por el que se modifica el régimen de las tasas en el ámbito de la Administración de Justicia y el sistema de asistencia jurídica gratuita.
“Artículo 2. Modificación de la Ley 1/1996, de 10 de enero, de Asistencia Jurídica Gratuita.
Uno. Se añaden las siguientes letras al artículo 2:
«g) Con independencia de la existencia de recursos para litigar, se reconoce el derecho de asistencia jurídica gratuita, que se les prestará de inmediato, a las víctimas de violencia de género, de terrorismo y de trata de seres humanos en aquellos procesos que tengan vinculación, deriven o sean consecuencia de su condición de víctimas, así como a los menores de edad y las personas con discapacidad psíquica cuando sean víctimas de situaciones de abuso o maltrato.
Este derecho asistirá también a los causahabientes en caso de fallecimiento de la víctima, siempre que no fuera el agresor.
A los efectos de la concesión del beneficio de justicia gratuita, la condición de víctima se adquirirá cuando se formule denuncia o querella, o se inicie un procedimiento penal, por alguno de los delitos a que se refiere este apartado, y se mantendrá mientras permanezca en vigor el procedimiento penal o cuando, tras su finalización, se hubiere dictado sentencia condenatoria. El beneficio de justifica gratuita se perderá en caso de sentencia absolutoria firme o archivo firme del procedimiento penal, sin la obligación de abonar el coste de las prestaciones disfrutadas gratuitamente hasta ese momento.”
JUSTICIA DE FAMILIA: MÁS JUECES O MENOS PLEITOS?
Ante tanto uso y abuso de denuncias, que no son necesarias para divorciarse, exigir, una vez más, que el que tenga justicia gratuita, que devuelva ese privilegio haciendo trabajos para la sociedad. Hay mucho viejecito que vive solo, y muchos niños que están solos en casa, mientras el único papá o mamá con el que conviven está trabajando.
Y si la abogacía quiere seguir cobrando cuatro monedillas por arruinar las economías familiares, allá ellos. Soy partidario de que los abogados cobren cantidades decentes, que no quieren pagar los políticos.
Jesús Ayala Carcedo, delegado de la ASOCIACIÓN DE PADRES DE FAMILIA SEPARADOS DE BURGOS-A.P.F.S.-BURGOS.
P. D.- Desde estas líneas, desear que este padre supere estas terribles circunstancias.