No lo había hecho nunca. La otra noche recé dos Padrenuestros por dos mujeres que parece habían venido a España a ejercer la prostitución.
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“La discusión fatal de dos amigas arrolladas por un tren en Barreda: una se tiró y la otra fue a salvarla.”
Su trágica muerte me conmovió. Una procedente de Rumanía, la otra de la República Dominicana. Descansen en paz.
Todavía recuerdo una tarde que fui a visitar a un hombre a la prisión de Burgos. Estaba sólo en la explanada del aparcamiento. Y se paró un coche, pequeño, viejo y en un estado deplorable. Dentro, dos mujeres de raza negra, de la zona del Caribe, seguramente. La una, bastante joven. La otra, de mediana edad. Me preguntaron por la dirección de un club de alterne de las afueras de Burgos. Se lo indiqué. Para mis adentros, pensé, venir a España para esto. Previamente, había salido de la cárcel un hombre relativamente joven. Al verme, y no había nadie en el aparcamiento, se me acercó y me abrazó. Y me dijo: eres la primera persona que veo al salir libre. Había estado varios años preso, por temas de amor y desamor.
Pues bien. Me pregunto. ¿Representaban nuestras alegres ministras, el pasado ocho de marzo, a mujeres como éstas?. Porque es de temer que este tema, mejor ni mentarlo.
Que no nos acuse nadie a los ciudadanos de posible prostitución forzada, de tráfico de mujeres y niños, por este tema, porque esas mujeres, notoriamente, son seres humanos, que ejercen la prostitución por problemas sociales, y no para hacerse ricas, sino en tristes condiciones muchas veces.
A esas ministras se las pide, bien la decencia de reconocer que existen, dándoles derechos y deberes, bien, que tengan el coraje de prohibir la prostitución y expulsarlas de España.
Entre tantos miles de muertos y muertas, esto, va por ellas.
Jesús Ayala Carcedo, delegado de la ASOCIACIÓN DE PADRES DE FAMILIA SEPARADOS DE BURGOS-A.P.F.S.-BURGOS.