Seguramente Uds. habrán visto las imágenes de cientos, miles de personas, que, estos últimos tiempos, han invadido, si permiten la expresión, las Islas Canarias, también conocidas como Islas Afortunadas.
Bien, el gobierno, el estado, ha tenido, de repente, un montón de personas que, en un país que presume de civilizado, no puede tener en la puñetera calle.
Entre otras alternativas, ahora que el turismo ya casi no existe, aunque esperemos que vuelva otra vez en abundancia, una parte de esas personas ha sido alojadas en hoteles.
En efecto, a través de las redes, y en los medios de comunicación, hemos visto fotos de gente joven, todos, o casi, con su teléfono, disfrutando del buen clima de esas queridas islas, llenando las terrazas de esos hoteles.
Y sí, en este país de tanto progreso, en que muchas personas no progresan, y tienen que hacer cola para recoger comida gratuita, se han alzado voces, por el costo, y, si permiten, problema, de esta invasión, de momento, por mar.
Aquí no vamos a criticar si la ocupación de esos hoteles, hasta hace poco ocupados por gente de toda Europa, es correcta o no, pero, este pueblo dormido, sin agallas, engañado con temas de género, y de que los niños que nacen ya llevan el diploma del patriarcado, y de síntomas de dominio sobre las niñas que nacen al lado, no quiere ver, no ha querido ver, y no querrá reconocer, duro es decirlo, y peor reconocerlo, que tenemos leyes brutales, que bien utilizadas harían la paz.
Llevamos casi cuarenta años en que la solución de temas, que no problemas, de pareja, las vienen resolviendo a cañonazos.
Noche en el calabozo, y ya no entras en el domicilio familiar.
Procedimiento de nulidad/separación/divorcio y uno de los dos, estadísticamente hombre, a la puñetera calle.
Hoy se lo hacen al vecino del quinto o del edificio de al lado. Otro día a un compañero de trabajo. Mañana será a tu hermano, a tu hijo, a un amigo.
Mujer, cuando exiges al juez que expulse al padre de tus hijos, no te lamentes cuando se lo hagan a uno de tus hijos.
Cientos de miles, quizá millones de personas, han sido expulsados del domicilio familiar, por estos temas.
Mujer, cuando salgas a manifestarte con las ministras y miembras de casi todos los partidos políticos, lo que estás apoyando son estos actos brutales.
La libertad te la respetan las leyes, no te la dan los jueces. La libertad, normalmente, tener un trabajo, y hay millones de personas en paro.
Mujer engañada, hombre sumiso, los padres separados/divorciados queremos que provean a los jueces, no sólo de martillos para dar golpes, sino de un parque de viviendas para esos que este pueblo callado, envejecido, sin agallas, como pueblo romano en el circo, con el dedo hacia abajo, exige que se nos maltrate. Juez expulsa padre, hay una habitación de hotel que le espera.
Queremos que se nos trate como a los de los cayucos.
Podemos o no podemos. Ahí está la cuestión, de esos políticos que no saben, no contestan.
Queridos niños, en este país, Herodes no os matará, pero os dejarán sin padre, y a vuestros papás en la puñetera calle. Por vuestro bien superior.
Hijos, luchamos porque a vosotros, cuando seáis mayores, no os echen a la calle, como a vuestros padres.
Y para que a las niñas no las enseñen a denunciar, como a las mamás.
Jesús Ayala Carcedo, delegado de la ASOCIACIÓN DE PADRES DE FAMILIA SEPARADOS DE BURGOS-A.P.F.S.-BURGOS.