VIERNES
Un viernes cualquiera pasado el periodo estival, mediados de setiembre, se vislumbra un hombre esperando lo inevitable. Barrio residencial a las afueras de la capital, apoyado en la pared de su bloque con una maleta a cada lado; hastiado del difícil verano de convivencia, se acercan las luces azules de la policía nacional. Y duda de si ha llamado su pareja, su vecino o paseante ocasional al que la tele le convierte en héroe, al denunciar una discusión más al postre definitivo.
No nos vamos a centrar en ese momento, independientemente de lo que haya o no existido culpable o inocentes según como se valore.
El resultado es el mismo llega las patrullas como si hubiese habido una catástrofe de gran dimensión, tres cuatro y hasta seis coches patrullas, el espectáculo está servido. Hablan con los dos pero el resultado es siempre el mismo (insisto viernes por la tarde). Se procede a la detención por “protocolo” (después de 15 años aún no ha salido a la luz el mismo). Esposado en la parte trasera dela patrulla, en el asiento trasero de plástico sin sujeción, depende quien conduzca un viaje suave o de lado a lado a elección del agente.
Entrada en la comisaria por la rampa directo a las celdas, en la antesala te despojan del cinturón, cordones de zapatos y cualquier atisbo de dignidad. Oyes pero no escuchas lo que dicen, firma aquí, ni idea de lo que pone, asientes y firmas.

EL HOTEL
Ya estás en el hotel, dos noches gratis cuenta del estado (viernes maldito), te conducen por el pasillo, vas a tener suerte te toca celda con baño e individual. Pasa puerta metálica, cerrojo como cualquier película, clip clap clip clap, coge tu colchón cuero marrón, delgado y la cama hormigón azulejado. No hay ventana el fluorescente parpadea, pasa el rato y empiezas a perder la noción del tiempo, ni de día ni de noche.
La literatura carcelaria que adórnalos marcos de las puertas y el baño te entretiene los primeros momentos, a partir de ahí cualquier postura es incomoda y ya conoces la celda de milímetro a milímetro.
El tiempo se interrumpe por algún preso más que traen, en tu situación alguna más o casos más graves.

EL FORENSE
Suena el cerrojo, te invitan a salir, ha llegado el forense es el momento de tomarte las huellas (manos, dedos, canto de las manos…) hecho un cromo de tinta; pasamos a las fotos, ponte guapo para la foto de expediente policial. Sienta te en la silla (silla metálica como la de un condenado), mira de frente flash. Pisa el pedal la silla gira como la feria, susto como si caes al tanque de agua. El agente pregunta que has hecho, porque estás aquí, algo abras hecho. Te juzga directamente vaya te ha tocado el poli malo. O puedes tener la suerte de alguien sin prejuicios, me he quedado sin tinta, voy a por ella y luego te saco otra vez para que te sea más liviana la larga noche.
EL MENU
Tratándose de un hotel, que menos que el menú sea variado, llega la cena y viene el servicio de comida opción A u opción B. Comida tipo caja de bombones con un primero y algo más eliges y comes lo que te deja tu estómago.

SABADO Y DOMINGO
Disfrutas del hotel, c como una fiesta nocturna continua, luz fluorescente, cambio de turno que unen a la fiesta, el cerrojo que te marca las comidas y las vistas de los agentes. Y los compañeros de habitaciones de lo más variopintos, con sus dramas.
LUNES POR LA MAÑANA, EL ABOGADO DE OFICIO
Te llevan a una sala esposado donde hay una mesa y dos sillas. Se abre la puerta, le ves venir, con un traje un poco grande, vaya no me ha tocado el de las películas, con su traje caro y gomina.
Primera pregunta: ¿Cuánto ganas?
Como!!!!!!!!!!!!!!!!!! Pero no ha venido usted a defenderme.
Ya pero depende de lo que ganes te corresponde o tengo que cobrar.
Le explico mi situación económica, veo que se relaja y se pone cómodo. Cuéntame y valoro la situación. Te explicas y escucha.
Bueno ahora no puedo hacer más, sorprendido de la situación insistes pero que solución hay. El tranquilo te contesta, en el juzgado hablamos.

EL JUZGADO, EL HOSTAL
Bueno, te comunican tienes juico rápido en los juzgados a la 13 h. Te abren la celda, esposas de nuevo, desmadejado del fin de semana en el hotel, te meten de nuevo en asiento duro de plástico del coche patrulla. El juzgado, nueva habitación 2*2 m, se pierde categoría un hostal.
Nuevamente composición de lugar, paredes llenas de literatura de alto nivel y desde la celdas observas a los guardias civiles a cargo, hoy les toca cumpleaños circulan los pasteles.
DE ABOGADO DE OFICIO A MERCENARIO DE PAGO
La ansiedad te consume por lo que te puede pasar, estás seguro de tu inocencia, pero la justicia………….
Te sacan de la celda y te llevan un mostrador separado por una rejilla (como cualquier película americana), donde al otro lado tu interlocutor (abogado) te propone el planteamiento:
Bueno, he hablado con el abogado de la otra parte y complicado. Pero te voy ofrecer una solución. Saca un papel te lo dejo todo por 2.000 € por ser tú. Atención en la cárcel, juicio y el posterior convenio regulador por los dos niños, lo firmas aquí y seguimos.
Tu sentado allí, con reja entre medias, pensando será capaz de chantajearme aquí esposado, se ha estudiado mis ingreso dice que no me corresponde de oficio, lo mandas a la mierda o firmas.
Firmas porque no te queda otra opción, satisfecho se sube a la vista y tú a la espera.

EL JUICIO
Planta sexta se encuentra la sala de vistas, celdas en -2. Te vuelven a esposar te pasean siete pisos como un mono de feria, despeinado, sin cinturón, sin cordones; vas tropezando y te sientan delante del juez fiscal y abogados.
Se resuelve, libertad provisional hasta sentencia firme. Te hacen firmar sentencia absolutoria con las esposas puestas y vuelves la celda.
LIBERTAD
Una vez acaba el papeleo, te sueltan a la puerta del juzgado, devuelven tus llaves, cinturón, cordones, móvil, tus maletas. Como un vagabundo más, esperas a la puerta del juzgado sin saber qué hacer, el sol de setiembre en la cara y aparece tu abogado, te invita un café.

Te despides, mañana pásate por mi despacho y me pagas……………………