
Es interesante la información que ofrece la ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ABOGADOS DE FAMILIA, sobre cómo está el mercado del divorcio, y sus consecuencias, como medio de vida de una parte importante de la abogacía:
La crisis económica frena la avalancha de divorcios en España tras el confinamientoEl 73% de los abogados especializados de la AEAFA sostiene que el nivel de rupturas es similar al que se produce después de un periodo vacacionalwww.aeafa.es |
“La crisis económica frena la avalancha de divorcios en España tras el confinamiento.”
Y una información ha retenido nuestra atención:
“Las personas que se encuentran en paro, ERTE o han perdido su negocio no pueden sustentar dos unidades familiares a la vez”, afirma la presidenta de AEAFA, María Dolores Lozano.”
Visto desde ese punto de vista, parece que el ejercicio del derecho, personal, de solicitar el divorcio, suele tener un componente racional, que se ejerce de una manera responsable.
Sin embargo, es de temer que esa racionalidad, en demasiados casos, es una quimera, y el ejercicio del derecho, que, se insiste, es personal de cada miembro de un matrimonio, legalmente, y libremente pedido, bajo los principios de:
– Igualdad.
– Respeto y ayudarse mutuamente.
– Actuar en interés de la familia
que obligan los artículos 66 y 67 del Código Civil, impuestos por el Estado Español, y aceptados por ambos, brillan por su ausencia.
Y, sí llama la atención, SOSTENER DOS UNIDADES FAMILIARES.
¿Seguro que los abogados y los demandantes de divorcio, que EXIGEN que el otro/a salga del domicilio familiar, del cual es propietario, en todo o en parte, piensan en dónde va a dormir el PRESUNTO EXPULSADO, o, mejor dicho, a EXPULSAR.?.
En estos casos, demasiadas veces, sale el lado salvaje de este estado, de este país, el nuestro, con nuestras leyes, nuestros procedimientos, jueces y sentencias.
Decía un tal Napoleón que si quieres que algo no funcione: NOMBRA UN COMITÉ.
Los abogados de justicia gratuita están para expulsar al otro, no para hacer la paz. No para ver si el otro tiene dónde dormir, o dónde va a recibir a sus hijos. No es su problema. Es del juez, pero llevan años sin interesarse en cumplir su obligación: DÓNDE EL EXPULSADO A LA CALLE VERÁ A SUS HIJOS. Alguno ha pretendido hacerlo en un templete de música de una ciudad.
Llevan años, Sus Señorías, sin cumplir su deber de indicar en sus sentencias lo que pone la madre, notoriamente.
Llevan años, en demasiados juzgados, sin cumplir los plazos de fijar medidas provisionales.

En demasiados casos, se incumple en los juzgados su obligación de intentar que los padres lleguen a acuerdos, estando los padres en sala. Lo hacen a escondidas, con los abogados. Imposición, pura y dura.
Y sí, Napoleón tenía razón, cómo pueden hacerse bien los divorcios si pudiera sobrar mucha gente.
Sí se puede, no se quiere. Millones de ciudadanos somos obligados a llevar mascarilla, a encerrarnos en casa……pero nuestros queridos políticos, de casi todo rango, condición e ideas, no quieren que nos sentemos, los padres, para hablar de las dos unidades familiares de las que habla la Presidenta de la Asociación Española de Abogados de Familia.
El primer acto del divorcio es expulsar A LA PUÑETERA CALLE a un hombre o a una mujer. Y, para eso, se necesitan abogados, procuradores, jueces, fiscales, Letrados de la Administración de Justicia, funcionarios varios, equipos psicosociales…….para hacerlo en nombre del interés superior del menor, toma narices.
¿Sobrarían todos ellos si se nos obligaran a los padres a sentarnos para hablar de dos unidades familiares?.
Siempre nos quedará París, pero, en España, seguirá la violencia gratuita de los divorcios. Lo peor, los razonamientos. Pobres niños, lo hacen por vuestro bien.

Jesús Ayala Carcedo, delegado de la ASOCIACIÓN DE PADRES DE FAMILIA SEPARADOS DE BURGOS-A.P.F.S.-BURGOS.