
Les podrá parecer raro, pero, cuando uno echa la vista atrás, y recuerda que ha conocido, día a día, muchos calendarios, muchos cumpleaños, muchas Navidades y Años Nuevos, llega a la conclusión de que no siempre uno ha pensado lo mismo. Hubo un tiempo en que uno creía que la verdad era una, grande y libre.
Se suele decir que, en todas las parejas, o matrimonios, se discute, y que es lo normal.
Sin embargo, sin consultar, ni el diccionario de la Real Academia Española, o el diccionario Vox, por ejemplo, sabiendo que más de uno dirá que estoy metiendo la pata, voy a intentar transmitirles mis impresiones personales sobre estos tres conceptos, que, por supuesto, no tienen Uds. que compartir.

DIALOGAR.- Tranquilidad, paz, escuchar, hablar, escuchar, hablar….Respeto, tú aportas, yo aporto. Pensamos distinto, lo reconocemos, aceptamos.. Café, cerveza, vino compartido, en una terraza, un día de sol.
DISCUTIR.- Dos perros frente a frente, enseñando los dientes. Y tengo la razón y tú la tienes que aceptar. Y si levantamos la voz, pues mejor aún.
NEGOCIAR.- Qué ofreces y qué me pides. Cambio caballo por vaca. ¿Es bueno el cambio ?.
Éste es un mundo no perfecto, pero en las relaciones de pareja y entre padres, debiera reinar la bondad, y no la maldad en que, en libertad y sin temor, se debe poder dialogar lo que en común nos afecte, como pareja o como padres.
Y si a esto añaden generosidad, pues mejor que mejor, pensando que la igualdad es un concepto imaginario, que puede separar a personas desiguales.
Por no darles más la chapa, háganse Uds. la siguiente pregunta, como pareja, como padres, dialogan, discuten o negocian.
Pero no se preocupen, si no se ponen de acuerdo, siempre les quedará, aparte de París, los abogados y los pleitos.

Jesús Ayala Carcedo, delegado de la ASOCIACIÓN DE PADRES DE FAMILIA SEPARADOS DE BURGOS-A.P.F.S.-BURGOS.