Hoy me dirijo a Uds., no como miembro o delegado de una asociación de padres separados/divorciados, sino como lo que fui: delegado sindical por votación de mis compañeros, hasta mi prejubilación.

Siempre deseé no tener que intervenir en casos graves, como pudiera ser el despido de un empleado y compañero. Por lo demás mi intervención fue irrelevante, dentro del comité de empresa, o en el día a día del sindicato al que finalmente me afilié.
Todavía recuerdo cuando un cliente se quejó ante un superior mío que me había dejado un documento, a lo que yo manifesté que eso no era así. Mi jefe me explicó que el cliente era una persona de mérito, que llevaba bien todos sus asuntos, con gran éxito profesional, y que yo, en el día a día, era muy mejorable y era el culpable del incidente. Bien, pasó el tiempo, y un buen día el cliente dijo que había encontrado el documento. Lo tenía él, no yo. Me sentí injustamente tratado, y recuerdo que pasé unos días bastante mal.
Hoy retomo lo que fui, delegado sindical pero jubilado, es decir, sin función alguna actualmente.

Pero es como representante de trabajadores que fui por lo que manifiesto lo que pienso sobre la actuación de la empresa, o lo que sea, ARANDINA CLUB DE FÚTBOL, con tres empleados, hoy despedidos de ese derecho constitucional, el curro: D. Carlos Cuadrado Santos, “Lucho”, D. Víctor Rodríguez Ramos, “Viti”, y D. Raúl Calvo.
Si habláramos en términos futbolísticos, estos tres ganarían, tres contra una, pero en este mundo en que la palabra de cualquier mujer puede destruir vidas, futuros y familia, eso no es así.
Aunque todos dicen respetar la presunción de inocencia, derecho a un juicio público, etc., etc., y a las decisiones de la administración de justicia, la verdad es que desde altos puestos políticos de varias administraciones a estos tres currantes despedidos se les ha negado ese derecho. Y sin que hayan podido justificarse ante los mismos, o ante su empresa, o en un juicio con todas las garantías, contra toda prudencia, en vez de suspenderles provisionalmente de empleo y sueldo, que pudiera verse justificado por su privación provisional de libertad, y, por tanto, no poder cumplir con sus cometidos laborales, se les ha expulsado del club, de su trabajo, de sus medios de vida, de su dignidad.
El mismo reproche merecen los ataques sufridos de personas o instituciones, que han recomendado denuncia o se han apuntado a ser acusación popular, sin conocer a esos tres jóvenes. Poco o mucho dinero público solicitan y reciben. Y en el caso de que no se demuestre lo denunciado, por los que otros denuncian, ¿o es que no va a ser así?, se van a ir de rositas.

Pero lo grave es que su empresa, sus empleadores: ARANDINA CLUB DE FÚTBOL se ha sentido culpable por un presunto delito que me temo nadie ha probado. Y me decía una estimada periodista que porque un millón de moscas digan que la mierda, y perdón por la palabra, es estupenda, no la convencía. A Uds. espero que tampoco, como a mí.
Y sí, hay muchísimas presiones para que a esos tres jóvenes promesas del fútbol no salgan a defenderlos públicamente sus compañeros, como sería su derecho, y estimo su deber.
Pero es que la ignominia contra esos jóvenes, obreros, deportistas, futbolistas, es que su empresa, su club, se siente culpable por algo que me temo nadie ha probado, y este sábado veintitrés de diciembre de dos mil diecisiete va a transmitir a la sociedad unas directivas políticas, e ideológicas, en una jornada de puertas abiertas. Y sí, soy de la opinión de que hay que ser buenos, correctos, etc., etc. En eso todos estamos de acuerdo, pero lo que, como antiguo delegado sindical, con lo que no comulgo, y perdonen los laicos, es que a esos trabajadores/futbolistas, que se les pueda estar dificultando salir en defensa de sus compañeros de trabajo, se les implique en un acto de esas características, y se implique a otro club, el Numancia, y su equipo B, y a otros trabajadores, los del Numancia B.
Cuando en otras partes del territorio nacional se exige que se cumpla la Constitución Española, este sábado, en Aranda de Duero, una empresa, ARANDINA CLUB DE FÚTBOL va a imponer a sus empleados, a sus obreros, a sus trabajadores participar en un acto dogmático, con el cual puede que no estén de acuerdo.
Y esa política de unos dirigentes de un modesto club de fútbol, que parece dependen de una subvención municipal del Ayuntamiento de Aranda de Duero, se la imponen a otra empresa, a otro club de fútbol, a otros futbolistas, a otros trabajadores.

Como antiguo delegado sindical, mi más rotundo rechazo a utilizar el fútbol y sus trabajadores a propagar ideologías que nos imponen de fuera. Qué sí, que todos estamos de acuerdo que debemos ser buenos, y parecerlo, pero NO a la utilización de trabajadores en promocionar una ideología.
Me temo que los jugadores de la Arandina están muy acojonados, y es por eso que los antiguos debemos salir en defensa de esos actuales trabajadores, para indicarles que es injusto el trato que se les está dando en esa empresa, en ese club.
Debiera la ARANDINA CLUB DE FUTBOL anular ese acto político, ideológico, en que se “impone” a trabajadores de dos empresas participar, por “cojones”, seguramente contra su voluntad. Cuando es un acto en contra de tres extrabajadores de ese club, de esa empresa, o, al menos, yo lo veo así. Si no fuera correcto, mis disculpas.
Jesús AYALA CARCEDO, antiguo delegado sindical por votación de los compañeros, en todas las elecciones en que he participado. Hoy jubilado.
P. D.- Como he indicado en algún otro escrito, respeto la palabra de esa muchacha y las palabras de esos tres muchachos, que es tan buena como la de la chica.