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Dentro de los desastres que está provocando el dichoso coronavirus, se encuentra el previsible caos que se puede presentar en los juzgados que, entre las suspensiones de vistas, y la avalancha de nuevas demandas de todo tipo, va a hacer difícil el ponerse al día, con plazos razonables, al aparato judicial.
Y en ello están, tanto el Consejo General del Poder Judicial, como los Tribunales Superiores de Justicia. Es interesante lo que está sucediendo en Asturias.
Los jueces temen un alud de pleitos y plantean sentencias orales
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Los jueces temen un alud de pleitos y plantean sentencias orales
El Tribunal Superior de Justicia remite a los magistrados asturianos un plan de choque que incluye multar a quien ponga recursos abusivos
Castigar el abuso del sistema
Hay otro bloque de ideas que persiguen «desincentivar litigaciones sin fundamento».
Todavía recuerdo cómo el juez titular del juzgado, con competencia de familia, en jornadas de derecho de familia, organizada por la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA), en Burgos, indicaba cómo estrategias procesales de abogados dilataban procedimientos, y hacían lenta la justicia.
Estos días, por muchos estamentos, de todo tipo, pero principalmente, judiciales, se ha hablado de la responsabilidad de los padres en estos tiempos de pandemia, sobre los regímenes de visitas de los niños, y su relación con ambos padres. En que sobraban jueces.
Hoy no queremos exponer todo lo que propondríamos sobre este tema, pero lo mismo que los jueces plantean castigar los pleitos temerarios, y el abuso de derecho, dado que el derecho civil de familia se basa:
Primero.- En justicia rogada. Es decir, hay que pedirlo.
Segundo.- Los jueces deciden, básicamente, a falta de acuerdo.
Resumiendo, que los jueces debieran trabajar poco, o nada en estos temas, castigando al padre que se niegue a una mediación familiar, propuesta o sugerida por el juez. Es decir, o se presentan convenios o el juez, amablemente, indica que vayan a reflexionar antes de que tenga que intervenir él, o lo tendría en cuenta a la hora de adjudicar las custodias, valorando negativamente al padre que se oponga a ello.
Hay que evitar la práctica de forzar acuerdos, minutos antes de las vistas, en que el juez llama a los abogados, y salen con propuestas que se aceptarán o no. Y esos acuerdos de última hora no crean paz, que es lo que se debiera perseguir.
De una vez, o fomentamos la mediación familiar, o tenemos que pagar costosos procedimientos judiciales, tanto para los ciudadanos como para los padres.
Equipo ASOCIACION DE PADRES DE FAMILIA SEPARADOS DE BURGOS-A.P.F.S.-BURGOS.